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LA IMPULSIVIDAD EN LA CONDUCTA DIARIA DEFINICIÓN DE IMPULSIVIDAD DISFUNCIONAL FORMAS DE MEDIR LA IMPULSIVIDAD CORTEX ORBITOFRONTAL Y VENTROMEDIAL NEUROQUÍMICA DE LA IMPULSIVIDAD FACTORES DE PREDISPOSICIÓN O VULNERABILIDAD __________ LA IMPULSIVIDAD EN LA CONDUCTA DIARIA Los actos y las decisiones impulsivas forman parte de la vida humana diaria y puede tener tanto consecuencias positivas como negativas. Por ejemplo, la habilidad para actuar impulsivamente puede traer una oportunidad realmente valiosa pero también puede conllevar una decisión desastrosa de la que nos podemos arrepentir el resto de nuestra vida. (Imagen_01) (imagen_02)
Dickman en 1990, distinguió dos tipos de impulsividad:
Eysenk incorpora la impulsividad a las dimensiones de la personalidad (Eysenk and Eysenk, 1977), pero reconoce que los niveles alto de esta dimensión se asocian a trastornos psiquiátricos. Tanto los seres humanos como los animales están sujetos a control conductual interno a través de estados motivacionales (impulsos), innatos o condicionados.
Por otra parte, existe un mecanismo de control inhibitorio que modula este tipo de respuesta prepotente (Damasio, 1994; Dias et al., 1997). DEFINICIÓN DE IMPULSIVIDAD DISFUNCIONAL Habitualmente, cuando se habla de impulsividad, se hace referencia a aquellas manifestaciones maladaptativas de esta forma de conducta. Es decir, nos referimos a la impulsividad disfuncional. (imagen_03) (imagen 04)
En este sentido, la impulsividad implica conductas que son inapropiadas para el contexto, prematuras, pobremente planificadas y, frecuentemente, con consecuencias adversas. Las conductas impulsivas incluyen tres dimensiones distintas:
En conjunto, estas 3 dimensiones de la impulsividad reflejan una incapacidad para evaluar y, consecuentemente, responder con flexibilidad en la consecución de un objetivo específico o consecuencia, en un entorno cambiante. (imagen_05) (imagen_06) Aunque la impulsividad juega un papel importante en la conducta humana normal, es frecuente observarla en individuos con algún tipo de trastorno psiquiátrico. La impulsividad es un déficit nuclear en muchos trastornos psiquiátricos:
FORMAS DE MEDIR LA IMPULSIVIDAD
La impulsividad NO es un constructo unitario sino que está integrado por más de una dimensión o forma de manifestarse la conducta (Moeller et al., 2001)
El ejemplo más famoso de conducta impulsiva es el caso de Phineas Gage, un trabajador del ferrocarril, que en 1848 sufrió daño extremo en el cortex orbitofrontal, cuando una barra de hierro se proyectó a través de su cráneo, después de una explosión accidental (imagen_09) Gage sobrevivió sorprendentemente al accidente y, aparentemente, sin secuelas. Sin embargo, pronto se observó el profundo cambio de personalidad que sufrió con inclusión de conductas inapropiadas e impulsivas. Las lesiones cerebrales de Gage fueron estudiadas mediante técnicas de neuroimagen por Damasio y sus colaboradores, tras bastantes años de su muerte e inhumar el cadaver (Damasio et al., 1994)(imagen_10) El caso de Phineas Gage es un caso extremo. Por fortuna, habitualmente los casos en los que se manifiesta una conducta impulsiva suelen ser mucho menos graves. Además, suelen ser casos en los que no existe una lesión cerebral aparente. Sin embargo, los estudios realizados en pacientes con lesiones cerebrales han sido muy útiles para localizar las regiones cerebrales relacionadas con esta característica de la personalidad. CORTEX ORBITOFRONTAL Y VENTROMEDIAL Las regiones orbitales y ventromediales están implicadas en aspectos distintos de la impulsividad, tanto de las respuesta como de las elecciones impulsivas (Damasio et al., 1994; Winstanley et al., 2006). Las regiones orbitales (COF) y ventromediales (CPFVM) del cortex prefrontal (imagen_11) presentan conexiones con muchas estructuras subcorticales y están implicadas en la cognición de orden superior. En general, los individuos con lesiones en el COF y CPFVM son más impulsivos, que aquellos individuos que no presentan tales lesiones (Damasio et al., 1994; Bechara et al., 1998) (imagen_12).
FUNCIONES del COF y CPFVM:
El núcleo basolateral de la amígdala (BLA) es un punto nodal importante en las conexiones límbicas cortico-estriadas, que incluyen también el núcleo accumbens. La amígdala (imagen_13) tiene un papel muy importante en el procesamiento emocional de los estímulos y por ello puede guiar la conducta dirigida a objetivos (Shoenbaum et al., 2000). Las lesiones del BLA producen un aumento en las decisiones de tipo impulsivo, e impiden que el animal recuerde cual de las opciones de respuesta producían una recompensa mayor. Es decir, el BLA codifica el valor incentivo de un estímulo (Winstanley et al., 2004).
Las lesiones del núcleo accumbens (NAc) producen un aumento de las conductas impulsivas. La función del NAc en la impulsividad se ha estudiado en roedores mediante una tarea en la que la conducta impulsiva se define como la elección de una recompensa pequeña pero inmediata frente a una mayor pero más tardía (Cardinal et al., 2001). (imagen_14) NEUROQUÍMICA DE LA IMPULSIVIDAD Dos neurotransmisors están principalmente implicados (Winstanley et al., 2006):
La administración de fármacos que aumentan la actividad del sistema dopaminérgicos, como la anfetamina, producen efectos contradictorios sobre la impulsividad.
Ello sugiere que diferentes formas de la impulsividad deben de sustentarse sobre distintos mecanismos neurales.
FACTORES DE PREDISPOSICIÓN O VULNERABILIDAD Un grupo de investigadores británicos, dirigidos por Trevor Robbins, en un artículo publicado en la revista Science en el año 2007, ha descrito la implicación de los receptores D2 en la conducta impulsiva, en las ratas.
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